El Cajón De Bronch

22 febrero, 2005

Juegos de simulación (u otra forma de aprender)

Estos días estoy realizando un curso de libre opción que trata sobre los aspectos jurídicos y financieros de la gestión de I+D+I. Dicho así parece algo muy árido, típica asignatura coñazo que cojes por sacarte ese puñetero crédito que te falta.
Nada que ver con esto.

Al principio el profesor nos explicó como las empresas consiguen avances en investiganción, desarrollo e innovación realizando pactos con otras empresas, con centros de investigación y universidades. Después, formando grupos, hemos tenido que asumir el papel de una universidad, una empresa o, si es necesario, el del usuario final del producto. Lo que se llama un juego de simulación.

La cosa va de negociaciones entre las partes, de manera que cada grupo tiene que jugar sus cartas lo mejor que pueda en esa negociación para conseguir sus objetivos. La universidad, por ejemplo, tiene como objetivos principales la divulgación de sus investigaciones, la mejora de su prestigio y, claro está, la obtención de un buen beneficio económico por sus investigaciones. A las empresas les interesa todo lo contrario, que sus investigaciones no se divulgen, que la universidad cobre poco y si encima realiza la investigación en menos tiempo, mejor.

Estamos distribuidos más o menos por grupos de diez, todos opinamos por donde se puede exigir, que es lo que no es negociable, como conseguir alguno de los objetivos sacrificando el mínimo posible. Todos teniendo en cuenta cuales serán las exigencias de las otras partes. Viene a ser algo parecido al "yo pienso esto, pero tú habrás pensado que yo he pensado eso, así que haré lo contrario a lo que tu piensas que yo he pensado". De locos, sí, pero en el fondo un trabajo en equipo que se está haciendo hasta divertido.

Las clases se están desarrollando por libre, nos distribuimos por los rincones de las aulas y nos calentamos la cabeza en todos los aspectos de la negociación para evitar que el otro grupo nos coja desprevenidos en algún punto, para sacar el mejor trato.

La cosa promete precisamente por que este espiritu competitivo de la gente es enorme y se están trabajando a conciencia los pocos apuntes que nos han dado en las clases teóricas.

Llevo cuatro años en la carrera y es la primera vez que veo a los estudiantes que normalmente se dedican a garabatear pupitres prestando atención a las ideas que surgen en el grupo, aportando las suyas propias y leyendo y releyendo los apuntes para sacar algo más de ventaja en la negociación, para poder defenderse si en un momento determinado tienen que hacer de portavoces en temas de desarrollo del producto, por ejemplo.

El hecho de que el profesor sea un funcionario de Bruselas que ha vuelto a España solo para dar esta asignatura debería hacer pensar a más de uno sobre como está planteado el sistema educativo en nuestro país y por que los estados que nos rodean en el ámbito europeo nos dan cien patadas en estos temas.