"Profesores" y profesores
Desde la distancia que da la experiencia me doy cuenta que la carrera, o al menos mi carrera, puede ser un paseo en barca o una autentica pesadilla dependiendo del profesor que te toque.
En estos años de facultad me he tenido que enfrentar a auténticos energúmenos carentes de educación que soñaban con lograr metas mayores y que acabaron dando clases en la universidad contra su voluntad. Eso los convirtió en seres aborrecibles que solo disfrutaban viendo sudar sangre al pobre alumno que caia en sus clases y que despreciaban a los que planteaban preguntas o daban un portazo al que acudía a sus tutorías (por las cuales les pagan).
Del mismo modo me he encontrado con otros que convertían lo que debía ser una explicación sobre un tema objetivo en una suerte de mitin (rojo, azul o nacionalista) sin importarle lo que pensaban o aprendieran los alumnos y, aun peor, en muchos casos descalificando a aquellos que se atrevían a no comulgar con sus -casi siempre- extremistas ideas.
En ocasiones, no tan raras como uno desease, te encontrabas o te hablaban de tal o cual profesor que se llevaba la palma combinando todas las "virtudes" anteriores.
Por supuesto todo lado oscuro tiene su contraparte. De igual modo me he encontrado con profesores que buscaban simple y llanamente lo que creían mejor para el alumno. Y lo hacían bien. No digo que fuese me refiero a esa profesora que te llaman por teléfono para felicitarte por tu nota, del profesor que machaca los apuntes que va a dar para que sean claros, concisos y útiles para el estudio. Aquel que se va a la biblioteca a documentarse porque un alumno le ha planteado una duda que no ha sabido resolver. Profesores que simple y llanamente se esfuerzan por ser cercanos y pacientes y hacer asequible una materia que es monstruosamente amplia y mucho más complicada de lo que se puede pensar desde fuera.
Un ole por estos últimos. A los otros, ni agua.
En estos años de facultad me he tenido que enfrentar a auténticos energúmenos carentes de educación que soñaban con lograr metas mayores y que acabaron dando clases en la universidad contra su voluntad. Eso los convirtió en seres aborrecibles que solo disfrutaban viendo sudar sangre al pobre alumno que caia en sus clases y que despreciaban a los que planteaban preguntas o daban un portazo al que acudía a sus tutorías (por las cuales les pagan).
Del mismo modo me he encontrado con otros que convertían lo que debía ser una explicación sobre un tema objetivo en una suerte de mitin (rojo, azul o nacionalista) sin importarle lo que pensaban o aprendieran los alumnos y, aun peor, en muchos casos descalificando a aquellos que se atrevían a no comulgar con sus -casi siempre- extremistas ideas.
En ocasiones, no tan raras como uno desease, te encontrabas o te hablaban de tal o cual profesor que se llevaba la palma combinando todas las "virtudes" anteriores.
Por supuesto todo lado oscuro tiene su contraparte. De igual modo me he encontrado con profesores que buscaban simple y llanamente lo que creían mejor para el alumno. Y lo hacían bien. No digo que fuese me refiero a esa profesora que te llaman por teléfono para felicitarte por tu nota, del profesor que machaca los apuntes que va a dar para que sean claros, concisos y útiles para el estudio. Aquel que se va a la biblioteca a documentarse porque un alumno le ha planteado una duda que no ha sabido resolver. Profesores que simple y llanamente se esfuerzan por ser cercanos y pacientes y hacer asequible una materia que es monstruosamente amplia y mucho más complicada de lo que se puede pensar desde fuera.
Un ole por estos últimos. A los otros, ni agua.